viernes, 7 de octubre de 2016

TIERRA. terre. land. terra

















































































   
































































































































































"Cuando despertaron, ya con el sol alto, se quedaron pasmados de fascinación. Frente a ellos, rodeado de helechos y palmeras, blanco y polvoriento en la silenciosa luz de la mañana, estaba un enorme galeón español. Ligeramente volteado a estribor, de su arboladura intacta colgaban las piltrafas escuálidas del velamen, entre jarcias adornadas de orquídeas. El casco, cubierto con una tersa coraza de rémora petrificada y musgo tierno, estaba firmemente enclavado en un suelo de piedras. Toda la estructura parecía ocupar un ámbito propio, un espacio de soledad y de olvido, vedado a los vicios del tiempo y a las costumbres de los pájaros."
Cien Años de Soledad. Gabriel García Márquez
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"Fuese llegando a la venta (que a él le parecía castillo), y a poco trecho de ella detuvo las riendas a Rocinante, esperando que algún enano se pusiese entre las almenas a dar señal con alguna trompeta de que llegaba caballero al castillo; pero como vió que se tardaban, y que Rocinante se daba priesa por llegar a la caballeriza, se llegó a la puerta de la venta, y vió a las dos distraídas mozas que allí estaban, que a él le parecieron dos hermosas doncellas, o dos graciosas damas, que delante de la puerta del castillo se estaban solazando. En esto sucedió acaso que un porquero, que andaba recogiendo de unos rastrojos una manada de puercos (que sin perdón así se llaman), tocó un cuerno, a cuya señal ellos se recogen, y al instante se le representó a D. Quijote lo que deseaba, que era que algún enano hacía señal de su venida, y así con extraño contento llegó a la venta y a las damas, las cuales, como vieron venir un hombre de aquella suerte armado, y con lanza y adarga, llenas de miedo se iban a entrar en la venta; pero Don Quijote, coligiendo por su huida su miedo, alzándose la visera de papelón y descubriendo su seco y polvoso rostro, con gentil talante y voz reposada les dijo: non fuyan las vuestras mercedes, nin teman desaguisado alguno, ca a la órden de caballería que profeso non toca ni atañe facerle a ninguno, cuanto más a tan altas doncellas, como vuestras presencias demuestran."

Cervantes. D. Quijote de La Mancha. 1ª parte. Capítulo II


Fotografías. En La Mancha desde 2006.









6 comentarios:

  1. Un manchego de frontera.21 de octubre de 2016, 15:55

    Me conmueven estas imágenes. Recuerdan mis años de niño en la quintería. El otoño de paja húmeda en el campo, el agua en los cristales y el abuelo leyendo el periódico en su butaca o hablando con sus amigos.

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  2. In the iconography of this artist I find the three axes, that I learned from master Fernando Zobel, that lead to almost any artistic work: there lyricism, there constructivism and almost none of these works a certain expressionism is absent.

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  3. melancholia,silence,loneliness.
    beautiful images

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  4. Nos creemos inmortales y dueños de propiedades que guardamos con recelo y avidez, pero un día desaparecemos y todo aquello que atesoramos se desploma tras nosotros.

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  5. Cómo me gustan las texturas que nos pone, los colores de la tierra, el enjalbiego de los muros, los chorreones del agua. Cómo sugiere el pasado, la decrepitud y el recuerdo. La tierra, madre y origen. Cervantes,que cabalga por el Campo de Montiel entre encinas, pegujares y majuelos, no pudo elegir otro lugar para la patria de D Quijote. Una tierra que sueña pero se despeña apática ignorando su historia. Esas chimeneas están contando las historias que oyeron, las risas y llantos de sus moradores. Campesinos o arrieros, cómicos o dramaturgos, mercaderes o clérigos cocinaron y se caldearon al amor de sus lumbres. Esa venta en su decrepitud aguanta la desidia de sus dueños esperando que llegue un antropólogo como usted a registrar algo que en poco tiempo desaparecerá. Sus ojos son nuestros ojos y nuestra conciencia. La vida unida a la tierra, en sintonía. Un mundo que corre deprisa deslumbrado por la modernidad pero ignorando sus raíces está condenado a desaparecer. La Hojarasca no da rescoldo.

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